Me ocupo de Ketsin, animal de culto de Frida Kahlo

ketsin

Un mejicano que vive en Madrid me pidió que me ocupase de Ketsin que significa «hermoso» en nahuatl la lengua indígena mejicana.

El Xoloitzcuintle, es una raza canina de orígen en Méjico con un inmenso valor cultural, histórico y biológico.  Xolotl en sí es el dios mejicano de la vida y la muerte, que comúnmente era asociado con figuras monstruosas, y Itzcuintle significa perro.

En la Mitología mejicana se creía que los Xoloitzcuintles acompañaban a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlán, el inframundo, por lo que eran sacrificados y enterrados junto con los muertos a los que debía guiar. Hay leyendas que hablan de que Xolotl le dio el Xoloitzcuintle como regalo al Hombre, habiéndolo fabricado de una astilla del Hueso de la Vida, el hueso del que toda vida fue creada. Debido a esto era considerado sagrado por los aztecas, manifestándose esta adoración en muchas representaciones esculturales y pictográficas.

En excavaciones realizadas por el Instituto Nacional De Antropología E Historia en la zona de Tlapacoya y en Tlatilco en el Estado de Méjico se encontraron grabados y figurillas de pequeños perros Xoloitzcuintles, cuya antigüedad fue calculada en 7,000 a 8,000 años. Fray Bernadino de Sahagún en el Códice Florentino escrito en los años 1500’s ya menciona a estos perros de la siguiente manera: “ Otros perrillos criaban que llamaban Xoloitzcuintle que apenitas ningún pelo tenían, y de noche abrigábanlos con mantas para dormir. Estos perros no nacen así sino que de pequeños los untan con resina, que se llama óxitl (aguarrás), y con esto se les cae el pelo quedando el cuerpo muy liso. Otros dicen que nacen sin pelo en los pueblos que se llaman Teotlixco y Toztlan

Se cree que los perros fueron un alimento tradicional en la cultura mejicana. El propio Hernán Cortés reportó cuando llegó a la ciudad de Tenochtitlan en 1519, «unos pequeños perrillos se criaban para alimento» donde se vendían junto con otros alimentos en los mercados callejeros de las ciudades.

Después de la colonización europea, este tipo de perro estuvo muy cerca de desaparecer, siendo rescatado de la extinción por la apreciación hacia este perro de los miembros de la Asociación Canófilo Mejicana, la cual inició un programa de registro y reproducción. 

El Xoloitzcuintle en Méjico durante los años cincuenta se convirtió en un símbolo de la Cultura mexicana de la época y fue gracias a personajes y artistas mejicanos muy importantes como Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo y Raúl Anguiano que lo hicieron parte de su trabajo pictórico como el Xoloitzcuintle trasciende las fronteras mexicanas y es conocido por el mundo canófilo mundial.