En esta foto estoy con Hilda, una labradora muy apegada a su dueña, de la que me decía que le costaba separarse.. pero cuando se viene a casa lo pasa muy bien
– Ayyy que parece que a Hilda ya no le da pena cuando nos separamos… dice la dueña. Luego me confiesa..
– Es bueno que nos echemos de menos 😉